Por Samuel Ibarra
Ecuador está próximo pero a la vez lejano. Poco sabemos de sus tradiciones, de su historia antigua y reciente.
De aquella nación liberada por el valeroso mariscal Sucre sólo nos resuenan algunos nombres; Guayasamín, Xavier Oquendo, Benjamín Carrión; nombres que solventan una tradición cultural sólida.
Multicultural, Ecuador es un país donde se funden diversas etnias y razas. Negros, indios, e inmigrantes delinean ciudadanías múltiples sobre un territorio por donde pasa la línea imaginaria que divide a la tierra en dos.
La presencia indígena es poderosa. Son casi el 40 % de la población y el segmento más castigado por la pobreza y el racismo. Posee una industria petrolera muy poderosa pero que ha causado estragos en el medio ambiente local.
Como buen país latinoamericano Ecuador es contradictorio. Quito, su capital, es la ciudad de los cielos azules y las iglesias de estilo barroco colonial. Turisticamente impecable, es escenario ahora de pactos y conjuras secretas, donde se mezclan los negocios, el poder y sus influencias en la política. Un juego perverso que saca a flote la escritura para develar tramas invisibles, el reverso de todas las postales.
La novela El Presentador, (editorial Paradizo/2007) próximamente estará en librerías del país andino. Hay menciones reales a personas reales, nombres que pertenecen al mundo de los negocios y al que el autor ingresó haciendo una exhaustiva investigación.
Él es Cristian Londoño, un joven escritor quiteño que se ha paseado por la poesía, los guiones y la docencia.
Por estos días asiste a su magíster en una universidad chilena, a la que ha viajado gracias a una beca.
Sus preocupaciones son sociales y reflexivas; el telón de fondo de sus relatos es la ciudad latinoamericana, agrietada, hecha guetto, posmoderna y neoliberal.
El Quito de hoy.
El Presentador es la historia de Nicolás, un hombre de gravitación publica con fuertes contactos con el narcotráfico. Para afuera, liderazgo y buena presencia en las encuestas, para dentro, drogas, armas y mucho, mucho dinero. La novela, la primera del autor, es una cruda radiografía de las fronteras que hacen casi imperceptible los límites entre negocios y política.
-¿Cuales Son Los Ejes Centrales De Esta Novela?
Los ejes centrales son la corrupción y la relación de las parejas en el universo de las clases altas con la mirada de un narrador observador y cómplice. Esto contribuye a desenmascarar los hilos putrefactos del poder, las artimañas que se prestan para mover a las personas a su beneficio, en desmedro de la colectividad.
-¿Qué te lleva a reflexionar sobre las tramas del poder en tu país?
La voracidad de las esferas altas que dominaron y dominan las cumbres políticas desde la década de los ochenta en el Ecuador, donde imperan los grandes negociados petroleros, el lavado de dólares y sus beneficios a través de actos indolentes con la naturaleza de mi país. Además de una burocracia inepta, incapaz de modernizarse.
- ¿Qué revela tu texto que otros medios no hayan mostrado , como la prensa por Ej. ?
En la novela no se denuncian los hechos de corrupción, sino se les enuncia. Todos los hechos son auténticos y ocurrieron en el país. Muchos de ellos no se supieron, porque quedaron ocultos ante los ojos de una prensa indiferente que no vio en ellos una noticia de crónica roja. Pero son hechos que se deben decir.
-¿Tu novela sería un intento por sondear a zonas extremadamente oscuras de la política y los negocios en el ecuador?
No considero que se devela algo extremadamente oscuro, sino algo que todos los ecuatorianos lo tenemos presente en nuestro imaginario colectivo. Quizás a nadie asuste ver dibujada la realidad del país tal cual ocurre y se vive.
-Háblanos del ecuador del 2007 a casi un año y medio de emerger un presidente progresista como Rafael Correa.
En el momento, mi país está atravesando un nuevo cambio en su estructura política por medio de una Asamblea constituyendo que pretende quitar las trabas que no permiten que la economía, los gastos sociales, culturales y ambientales puede ser óptimos, porque siempre han sido movidos en beneficio de los mismos grupos oligárquicos y en desmedro del pueblo ecuatoriano. Estos cometidos son favorables para ejercer una democracia pluralista, que la riqueza se reparta equitativamente y más oportunidades de vivir, para que no tengamos cada año, a miles de compatriotas que salen del país en busca de oportunidades que el país no les da.
-¿Cuánto de realidad y ficción tienen las paginas de tu novela?
Una novela por sí misma es ficticia. Muy a pesar de esto, mi novela devela hechos ciertos y personajes muy apegados a la realidad ecuatoriana, aunque fue concebida como una realidad totalizadora de este gran país que es Latinoamérica.
-Pensando en los impactos de ciertas producciones culturales, ¿Pondría en riesgo a alguien tu libro?
Tengo buenas expectativas que la novela se lea y se la discuta, pero es cierto que la novela tendrá su propio camino, que lo marcará en el tiempo.
1 comentario:
Hola Samuel...la verdad es que yo leí la novela y no me parece que tus comentarios sean bien adaptados a los hechos ahi acontecidos.
La novela en sí, muestra la corrupcion perfectamente adaptable a cualquier pais, nadie queda fuera pues es una realidad del mundo en que vivimos.
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